domingo, 14 de agosto de 2016

TARIFA, BOLONIA, BELLEZAS ANDALUZAS SURATLANTICAS 
De Tarifa salen los ferries que cruzan el Estrecho llevando y trayendo a gente de las dos orillas, la africana y la europea. Las columnas de Hércules simbolizaban el fin del mundo para los navegantes de la antigüedad. Huellas romanas y prerromanas  en los cimientos donde se asienta la Iglesia Mayor de la ciudad. En 710 el beréber Tarif cruza con sus naves el Estrecho y toma este enclave estratégico para el dominio de la zona marítima en la que se juntan el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Y algún historiador señala a tarif, como el origen del nombre actual de la ciudad.En el año 960 se construye el castillo-fortaleza por orden del califa omeya Abd Rahman III. En 1292 Sancho IV el Bravo conquista la ciudad, aunque la historia refleja un episodio épico y doloroso. El Alcaide Alonso Pérez de Guzmán, que trascendería con el sobrenombre de el Bueno, tuvo que tomar una terrible decisión desde las almenas del castillo ante la amenaza de un caudillo beréber que bajo las torres mostraba prisionero al hijo de Alonso de Guzmán, y le conminaba a que entregará las laves de la ciudad o degollaría al hijo del Alcaide. Alonso no resistió al chantaje y se negó a entregar la ciudad, y para que no quedará duda de su firmeza, arrojó desde lo alto de la torre su cuchillo,lo cual suponemos que no le gustaría nada al hijo, ùes su vida dependió de aquella terrible decisión para impedir que la ciudad fuera tomada por los árabes. Este castillo fortaleza siguió acmulando historia hasta el siglo XVI en que perteneció al Marqués de Tarifa, y en adelante fue un baluarte militar. De todo ello se da cuenta en los diferentes paneles, estancias y dependencias, que recorre el viajero que lo visita. Desde las torres las vistas de Tarifa y del Estrecho son impresionantes. Hoy Tarifa se muestra blanca y oreada por el viento marino, que si es de Levante y fuerte limpia y da esplendor a las calles y plazas de la ciudad del extremo sur de Andalucía y de Europa. Cargada de historia, Tarifa ofrece hospitalidad al visitante y sus tiendas, comercios, bares y restaurantes abren sus puertas de par en par, para que quien visita la ciudad quede con ganas de volver. Las casas típicas, los patios típicos de Tarifa adornados de flores, con puertas sencillas y cerraduras llamativas. Las pastelerías con dulces típicos, las cafeterías, y los comercios de alimentación, o el mismo mercado donde puedes comprar carne de Vacuno retinto o quesos de cabra de los pueblos de la costa, son lugares a visitar. Las playas de tarifa son extraordinarias, y son lugar deseado por todos los surfistas europeos, y de otros continentes que vienen a disfrutar del encanto del viento y de las olas: Valdevaqueros, Punta Paloma, Bolonia, con las ruinas romanas de Baelo Claudia, Zahara de los Atunes, Barbate con sus acantilados, y más arriba Véjer y las playas de Caños de Meca,
Desde Tarifa hasta Bolonia, Zahara de los Atunes, Barbate, Véjer, Conil, la costa y la carretera nacional 340 ofrece numerosas opciones de alojamiento para el visitante. Hoteles y hostales en Tarifa, hoteles de carretera en la Nacional 340, como "el Hurricane", el Hotel La Peña, frente al camping de Tarifa, y ya en Bolonia, "Los jerezanos" y "Casa Ríos" que llevan varios decenios dando alojamiento, y ofrecen sencillez, limpieza y unas buenas y agradables instalaciones, como es el caso de "Los jerezanos" donde estuve este fin de semana, disfrutando de la hospitalidad de Manuel y de todo el personal joven del servicio, y con su piscina frente al océano y todo; o los también asentados desde hace muchos años: "Miramar","la Hormiga voladora", "casa Lola", y otros tantos hostales y alojamientos para viajeros que quieren perderse y vivir en libertad en estos espacios abiertos de la costa sur de Cádiz. Bolonia posee una de las ensenadas y dunas más hermosas de Europa, también la duna de Valdevaqueros cuya arena dora esa parte de la costa y asciende hasta ocultar los pinos costeros.
Bolonia y las ruinas de Baelo Claudia, del siglo II d.C., con su museo en el que se recrea la historia y la forma de vida de aquella colonia romana que se conserva muy bien al cabo de 2.000 años, y que disponía de su almadraba para capturar atunes y comercializarlos, junto al garum que obtenían de la grasa del atún y que exportaban a Roma. Bolonia  con su teatro romano en el que en verano y en fines de semana se ofrecen representaciones de teatro clásico, Bolonia y su ensenada, y sus playas de lujo de una belleza impresionante. Bolonia y sus chiringuitos que se van reformando desde los años 70, y hoy se presentan atestados de público a mediodía los fines de semana, cuando el visitante busca los encantos del sol y de la playa, la caricia o el enfado del Levante y la buena gastronomía local basada en el pescado y los productos de la mar,  y de la huerta costera gaditana, además de la ganadería local basada en la carne de vaca retinta, los buenos quesos de cabra local y el sabroso pan macho,que se ofrece en las panaderías y hornos locales. Y no nos olvidemos para acompañar los platos, de los vinos blancos y algunos tintos que se van criando en la provincia de Cádiz, además de las imprescindibles copitas de manzanilla y de fino. ¡Feliz verano! Y como diría una antigua romana de Baelo Claudia: ¡Carpe Diem!  













  

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