LA NIEVE INUNDA LAS ALMAS DE INQUIETUD
En el norte de España, en muchos pueblos, las gentes se van a dormir pensando si mañana al levantarse podrán salir a la calle, o la nieve les impedirá abrir la puerta de la calle. Los niños no irán al colegio. Esta noche muchos pedirán a sus padres meterse en la cama con ellos, bajo las ásperas mantas o del suave edredón de plumas, a la espera de que el calor caliente el lecho donde dormir, mientras se piensa en el silencioso trabajo de los copos de nieve que seguirán cayendo hasta subir unos centímetros más, quizá alcancen el medio metro y el metro. Y mañana estaremos aislados, sin poder desplazarnos más allá de cien metros, detrás de la pala que irá despejando el camino a las rodillas. Los viejos dicen que no lo han visto. Los científicos hojean las predicciones sobre Cambio del Clima, y vemos que los fenómenos meteorológicos se extreman. No nos pongamos pesimistas. Cenemos ante la chimenea o el calefactor, abriguémonos bien y escanciemos una copa de brandy para irnos a dormir calentitos, y para celebrar que hemos gozado de este día frío, gélido, y que el mercurio se está volviendo medio loco al alcanzar temperaturas de menos cinco, menos siete, y tiembla el mercurio cuando oye a los meteorólogos que avanzan que en los próximos días llegaremos en algunas zonas e montaña a  menos trece.  Aquí en Sevilla, el limonero resiste bajo la tutela de la palmera datilera y recuerda el huerto claro donde madura, sin tanto frío y tanta nieve. Salud, y ánimo, compañeras y compañeros que esto pasará. Dice el refrán: Por San Blas la cigueña verás, y si no la vieres, mal año de nieves.