lunes, 19 de septiembre de 2016

Slow 
"No desees que las cosas se hagan deprisa. Desear que las cosas se hagan deprisa impide que se hagan bien" (Confucio (551 a.C-479 a.C)

El movimiento Slow food rechaza la modificación genética de los alimentos y es partidario y promueve la agricultura orgánica o ecológica. En su libro "Elogio de la lentitud", Carl Honré, nacido en Escocia, aunque se considera periodista canadiense que vive y trabaja en Londres, señala que en todo el mundo, los pequeños productores de alimentos están valorando que lo pequeño y lo lento, no sólo es bello, sino también provechoso, y muchos de ellos están recuperando formas tradicionales de elaborar alimentos. Ante el avance de la panadería industrial, ya cualquiera calienta una barra de pan prefabricada, y la vende al poco tiempo de calentarla, los panaderos artesanales que aman su oficio están retornando a la harina molida con con el tiempo apropiado en cada caso, significa practicar a diariodra, y prefieren destinar más tiempo para que la masa fermente y desarrolle el aroma para conseguir un pan que resulta más sabroso y nutritivo. En Japón, ante la imposición de los pollos criados industrialmente, una parte de los granjeros está recuperando razas de pollos que crecen más lentamente y tienen mejor sabor, como el "hinaidori" de Akita o el "koochin" de Nagoya. En EEUU hay más de tres mil mercados de productos agrícolas artesanales en los que casi 20.000 granjeros y agricultores desarrollan su labor fuera de la cadena alimentaria industrializada. En su libro "Despacio, despacio", la española María Novo, educadora ambiental, escritora, poeta, y Presidenta de la Asociacion "Slow people", escribe: "Caminar más lentamente en la vida,con el tiempo apropiado en cada caso, significa practicar a diario "el arte de ver no s´lo lo visible, sino también lo invisible" Y ¿qué es lo invisible? Aquello que está opacado por el mercado, por la aceleración, por las leyes de usar y tirar... Necesitamos encontrar lo bello, pero para eso, es preciso caminar despacio, detenerse a mirar y a escuchar. El equilibrio, según el Tao, reside en ser como el junco que se mece con el viento, se balancea, pero no se rompe: es flexible ante el embate de la tempestad. Es un buen ejemplo para explicar la resiliencia. 
"Deja para mañana,lo que no puedas hacer hoy, serenamente" (Ezequiel Martínez)



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