martes, 1 de septiembre de 2015

ISLA CRISTINA, HUELVA ¿Qué no la conoces?
Mi madre se llamó o la llamamos Cristina, mi hermana también se hace llamar Cristina, tengo otro hermano que se llama José María. Cristina es un nombre muy bello. ¿Porqué Isla Cristina? Vamos a contarles la historia...
En la Redondela cerca de la actual Isla Cristina, que se halla a una decena de kilómetros del Guadiana y de la frontera con la hermana Portugal, o con el país hermano, al que muchos españoles cada vez son menos, miran por encima del hombro, o creen mirar, pero esa es otra historia; en la Redondela, digo, quedan vestigios de la presencia de fenicios y romanos en esa zona de la costa huelvana y andaluza. Allá por 1715 pescadores y comerciantes catalanes y levantinos comienzan a llegar a esta parte de la costa andaluza atraídos por las posibilidades de pesca. La aldea "la mojarra" fue el embrión marinero de la actual Isla Cristina. En 1746, Salvador Carreras un comerciante de Mataró que se dedicaba a la manufactura y al suministro de envases y utensilios para la industria del salazón, quiso participar de los beneficios del negocio de la pesca de la sardina, en el que veía prosperar a otros catalanes y valencianos. Este hombre se  movía por las aguas de las marismas de Ayamonte a bordo de su "laúd" o "mitjana" barcos de entre 15 y 50 Tm de desplazamiento, y lo hacía al margen de las leyes establecidas por la Cofradía que entonces regía las tareas de los pescadores y les protegía. Enterada la Cofradía de las andanzas pescadoras de Salvador Carreras que iba a la suya sin encomendarse a Dios ni al diablo, le puso una querella contra aquella actividad ilegal, ante el Tribunal Marítimo de Mataró y aquel le impuso al tal Salvador el pago de un impuesto de 26 pesos de entonces, en concepto de "cuartón" por los beneficios obtenidos al actuar por libre. Estos días la Guardia Civil ha decomisado 243 kilos de coquinas inmaduras y a los pescados "infraganti" se les ha impuesto una multa de 60.000 euros. La pesca ilegal y la captura de bivalbos y pescados "pezqueñines" que no alcanzan la talla mínima exigible debe estar perseguida y sancionada. Estos pescadores del apaño, no saben lo sabio que es el refranero: "pan para hoy y hambre para mañana". Y además de poner en peligro la supervivencia y la continuidad de las especies, pues las coquinas, los longuerones (parecido a las navajas), las almejas y los melchillones (chirlas) necesitan su tiempo de veda para poder crecer y adquirir las tallas permisibles para la venta, no sabemos dónde se han cogido esas especies, y si reúnen las condiciones sanitarias pertinentes para no perjudicar a la salud humana. Volviendo al siglo XVIII, Salvador Carreras no sabía leer ni escribir, pero si sabía hacer negocios como comerciante. Hoy, la vía que bordea Isla Cristina lleva su nombre.
En 1756 el capitán Arnau patrón de barco de Canet de Mar realizó una expedición con sus barcos hacia esta parte de la costa atlántica pegada a Portugal. Entre sus marineros: Juan Columé, Torregrosa, Abréu, Pablo Miralles; Feu, Lluyot, Cabot, Llobell o Roselló, todos de Canet de Mar. Más tarde llegarían los Milá, Casanova Romeo, Miravent y Gutiérrez, todos de Sitges y José Faneca de Mataró. El capitán Arnau pidió algún voluntario para que se quedase allí durante el invierno, pues en años anteriores, dejaron las artes de pesca y utensilios para la salazón, y algunos de estos enseres e instrumentos de trabajo desaparecieron. José Faneca dio un paso al frente y se ofreció para quedarse de lobo solitario en aquellos parajes marismeños. José se construyó una barraca de madera, cañizo y materiales reciclados, pero antes examinó donde levantar su barraca, y lo hizo al lado de una "Figuera", de una "figuereta", de una higuera o higuerita, pues dedujo que allí abajo debería haber agua, y se hizo un pozo del que obtenía el agua para él, y para los compañeros cuando éstos regresaron la primavera siguiente. El lugar donde José se hizo el pozo fue conocido más tarde como "el carrillo de Mario" que se halla en la actual confluencia del paseo de Chocolate (o de los Reyes) con el paseo de las Palmeras, en el centro del pueblo o ciudad, donde hoy se levanta un pequeño monumento a este pionero José Faneca que junto a otros marineros se asentaron en estos lugares que eran marisma y que siguen siéndolo, pues hoy para acceder a Isla Cristina tienes que atravesar por el puente de acceso que viene desde la Redondela y el pozo del camino, a unos 2 kms. Y de ahí, de la "figuerita" el sitio tomó el nombre de "la higuerita". En 1802 el lugar se reconoció como Real isla de la Higuerita, y en 1834 por cédula real fue reconocida como Isla Cristina.
Los armadores catalanes venían cargados en sus bodegas, con vinos, licores, frutas y hortalizas, e instrumentos y herramientas relacionadas con la industria salazonera, y comerciaban con ello en los puertos de Cádiz, Huelva y Ayamonte. Hoy Usisa, es la principal industria de salazón y de envasado de pescado de Huelva, y una de las primeras de Andalucía y de España, facturando 23 millones de euros anuales. Los catalanes introdujeron "las parejas", sistema de pesca  que usa dos embarcaciones que navegan en paralelo y arrastran una red que forma un embudo donde los peces quedan atrapados en el "copo" o "saco". Antes de este sistema se utilizaba el de boliche. Desde dos barcas se lanzaba una gran red al mar, se acercaban las barcas a tierra y los pescadores tiraban de los extremos y las sardinas quedaban en el copo. Hoy a este tipo de pesca en alta mar se le conoce como "el cerco". En el habla de los isleños quedan palabras de origen catalán como: aixeta, cheta en isleño, grifo en castellano; llotja, lota en isleño, y lonja en castellano; botiga, botica es isleño y tienda en castellano; Isla Cristina está hermanada con Barbate, con Canet de Mar y con "La Romana", un pueblo de la República Dominicana, porque allí nació Héctor Castillo, el primer alcalde de la etapa democrática. Héctor Castillo era isleño pero de origen afroamericano. Algunas de estas curiosidades las recoge el que firma como Tiberio Claudio Druso, en un trabajo que publica en Internet: "la Fundación de Isla Cristina y su desarrollo en los siglos XVIII y XIX".
El escudo de Isla Cristina tiene un pozo, una higuera y el mar, el sol, el aire y el mar representados en el escudo. En las marismas de Isla Cristina, declarado paraje natural y en el entorno hay almajo, matorral, la jara y el monte bajo (pipirigallo y centaurea), en zonas más asentadas hay pinos piñoneros y pinaster; entre las aves: al cruzar el puente te saludan grupos de flamencos a menos de 5 metros, hay cigueñas, la pagaza piconegra, espátulas y en zonas de pinares y matorral todavía se encuentran camaleones. En estas marismas se produce una sal extraordinaria en las salinas que se explotan cerca de la carretera de acceso al pueblo. Las escamas de sal y la flor de la sal que es la primera capa virgen que queda solidificada en lachas o escamas, son ideales para acompañar a un buen filete de atún, o de otro pescado o para sazonar todo tipo de carnes y ensaladas.  
La influencia de los pioneros catalanes en Isla Cristina es tal que hoy la actual alcaldesa del PIF (Partido Independiente de la Figuereta) Antonia Grao Faneca,  lleva los apellidos de aquellos primeros pobladores. La anterior alcaldesa del PSOE, María Luis a Faneca (1007-2015) lleva el apellido de aquel primer poblador José Faneca que se hizo una barraca al lado de la "Figuereta".
Blas Infante, el reconocido como padre de la patria andaluza ejerció de notario y vivió en Isla Cristina durante 8 años, entre 1923 y 1931. Un mosaico lo recuerda en la calle Diego Pérez Pascual, antigua Calle Real. hay edificios neomodernistas como el del Casino que aparece cerrado y semiabandonado, ¡Lástima! Otro edificio  notable la casa de Román Pérez Romeu, hijo predilecto de Isla Cristina, Alcalde honorario Perpetuo de la población y promotor de la Primera Biblioteca Municipal.
En la Gan Vía donde se halla la iglesia de los Dolores de estilo neomudéjar, hay una plaza en la que se yergue un monumento a los hombres del mar y en ese ámbito, dos placas o lápidas de mármol negro reseñan las listas de los marineros muertos en sendos naufragios. 6 marineros murieron en el naufragio del "Begoñita y Pinito" el 14 de dicembre de 1974, y la mayor tragedia  marinera, el naufragio el 10 de agosto de 1984, del pesquero "Islamar III" que se hundió con 28 tripulantes a bordo, 26 marineros eran isleños y dos marineros marroquíes.
A finales de agosto se celebra la procesión de la Virgen del Mar que es trasladada por mujeres desde su santuario moderno y altísimo en la barriada de la Punta del Caimán, hasta el barco engalanado de orlas blancas donde se la dará una vuelta por el mar para que proteja a todos aquellos que viven y trabajan de la pesca en el mar.
Hoy, Isla Cristina es un pueblo- ciudad agradable, apacible cuyo nombre seduce al viajero no sólo por la musicalidad del gentilicio, sino por que evoca una isla transparente y amable a la que uno se retira, aunque esa isla esté unida a tierra por la carretera dejando a derecha e izquierda las marismas y las salinas y al llegar al mar que transita de uno a otro lado del puerto el puente salva el agua marina que acaricia con el oleaje los cascos de los barcos amarrados a un puerto bien seguro. Y si bordeas por la derecha seguirás viendo los barcos que se juntan como ovejas asustadas en el redil, y a tu izquierda irás viendo paredes blancas de talleres de abastecimiento y suministro para las naves y varios bares marineros legendarios como "Al Mar", donde al pedir tu cerveza fría te ponen unas tapas con guisos marineros que alguien se encarga de elaborar en la cocina, siguiendo recetas heredadas posiblemente de los ancestros catalanes. O las tapas y raciones que te ponen en el "Escobillo" "Espabillo" o algo así. Y ya en la gran vía camino del mar te encuentras el kiosko y bar "Miramar", un clásico y más adelante a la izquierda varias terrazas y restaurantes  y nos fijamos en "La marea" y si sigues en el antepecho de la pasarela de goma blanda que oscila a tu paso y casi te marea, que han construido junto al puente de madera, en actual reparación, que te lleva a la playa de la Punta del Caimán, antes te pararás en el bar Goyo, conocido también como el bar de las "zamburiñas", porque es la tapa predilecta con la que se acompaña a las cervezas, aunque ésta te cueste un poco más cara que la mojama de atún o que una sardina ahumada. Y en el centro del pueblo cerca el Casino, en la plaza de las Flotes hace unos meses disfruté comiendo en "la Sal", buen restaurante, en el que fui invitado. En la zona del Cantil, donde nos bañamos una mañana dominical tras una tormenta de verano, hay otros bares. Y a la entrada de Isla hay un edificio con forma de proa de barco, "La capitana", bar de copeo nocturno y de atardecida, donde según me han dicho y no pude comprobar desde su terraza se ven unas espectaculares puestas del sol,, pero otros residentes isleños me dicen que no, que para una buena puesta hay que irse al faro y desde por allí, donde una amiga tiene su casa de retiro ver como el sol busca su espacio entre la tierra y el mar.  Y el trajín de ir a la plaza, al mercado en la mañana sabatina y ver a mujeres vendiendo la lotería y al ciego con sus cupones en ristre, y el lío de gente que transita por los callejones del mercado mirando las frutas, las carnes, las aceitunas, las escamas de sal, y sobre todo las pescaderías, donde reinan el atún, las cigalas, el congrio o zafio, los verdigones o berberechos, los languirones o navajas hy los mechillones o chirlas, además de los espectaculares rapes, robalos y doradas salvajes, peces espada y todo lo que ñpuedas imaginar proveniente el fondo  marino. No en vano, el puerto y la Lonja de Isla Cristina son los que registran el mayo volumen de descarga de pesca de Andalucía en duelo con Algeciras, y es el segundo o tercer de España en comercialización de pescado y marisco. Aquí en Isla se celebra anjualmente la Feria andaluza del mar y en 2008 se celebró un Cliuster de empresas internacionales de pesca que contó con representantes de más de una veintena de países. Si vas a Isla Cristina te enamorarán sus playas: La Gola, La Gaviota, la Central, la Punta del caimán, el Cantil, casita azul, la Redondela e Isla Antilla. Veréis upo lo que he escrito que me gusta Isla Cristina, pueblo marinero que revisité varias veces mientras estuve la frente del programa "Tierra y Mar" aquí vinimos muchas veces a grabar al puerto, a la Lonja y nos embarcamos en algunos pesqueros para salir a faenar con los marineros y ver las duras condiciones de estos héroes de la mar, que cobran  muy poco por lo mucho que arriesgan, y para muestra las fotos que adjunto con la lista de los muertos en los dos naufragios más dramáticos que sufrieron el sector pesquero, el pueblo y las familias de los fallecidos. En varias ocasiones he entrevistado en Isla Cristina a Mariano García, armador, patrón, marinero que preside la Cofradía de pescadores de Isla Cristina desde hace muchos años y ha sido Vicepresidente de la Andaluza, y a quien me encontré en un mercadillo dominical donde se venden vestidos, zapatillas, zapatos, calcetines, gafas de sol, camisas de algodón, aceitunas, ferralla, pero donde no ví, algún objeto marinero como una brújula, un sextante, maquetas de un laúd, o de una traiña, o libros sobre náutica y marinería. Si hubiera topado con "Trafalgar" de Benito Pérez Galdós lo hubiera comprado, porque en Isla se respira aire marinero, el mar y la brisa se beben cada mañana y esos suspiros de sal y de sol te animan a vivir con una sonrisa en la cara y tratando de buscar la felicidad. ¡Viva Isla Cristina y vivan las y los isleños!




















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