martes, 12 de mayo de 2015

Munigua
Este enclave romano situado cerca de Sevilla, y más cerca aún de Villanueva del Río y Minas resulta un tanto desconocido para muchos andaluces. Se halla en un promontorio en medio de una zona de dehesa en las estribaciones de Sierra Morena. Al llegar a Villanueva del Río se pregunta por Manigua. Hay algún indicador que lo señala. Hay quien deja el coche a las afueras de Villanueva y emprende el camino. Puedes seguir en el coche por el camino de tierra y piedras hasta una zona cerca de la vía del tren que va de Sevilla hasta la Sierra Norte de Sevilla, y dejarlo aparcado en una pradera. Coges el camino y enseguida das con una cancela que tienes que abrir y cerrar al paso. Sigues por ese camino y  te sueles encontrar con unos individuos agrupados que causan temor y respeto en el viajero, y que no son otros que ejemplares de toros y vacas de un color negro nada conciliador. Supusimos o creimos suponer que no serían bravos, y despacio y con cuidado fuimos avanzando hasta que alguno de los ejemplares se fue apartando, y algún otro remoloneaba, haciéndonos dudar a los humanos sobre el desenlace de aquel encuentro. Menos mal que humanos y bóvidos respetamos el pasar de los unos y los otrtos, y seguimos. Algunos kilómetros adelante y ya avistando la extraordinaria fortificación o castillo que se eleva sobre el montículo, cruzamos el arroyo que llaman tamohoso. Luego preguntando hay una planta ribereña conocida como el tamujo, y pensamos si el arroyo en tiempos pretéritos no sería tamujoso, derivado de tamujo, y luego el habla cerrada y local lo transformaría en tamohoso. Llegamos ante una cancela en la que un cartel de la Junta nos indica que estamos entrando en el recinto arqueológico de Munigua. Y otro cartel señala: "Se prohíbe comer". Ese cartelito viene de que hasta ponerlo, algunos o muchos visitantes dejaban los restos, los desperdicios de su particular almuerzo, esparcidos, diseminados por las zonas del recinto y de ahí la prohibición que nos parece inquisitiva. Simplemente con poner unas papeleras o pequeños contenedores podría solventarse el problema, o bien pedir al visitante que se lleve la bolsa de plástico con los restos de lo que ha entrado en Manigua, lo saque en la mochila y lo deposite en y¡un contenedor al llegar a Villanueva. Al parecer, el estrecho camino impide la entrada de vehículos para la recogida de basura. El Instituto Arqueológico alemán, lleva desde hace décadas explorando estas ruinas, que fueron colonia romana. Munigua, municipio flavio de los munigenses. Munigua, la colina sagrada. Quedan vestigios muy bien conservados  del impluvium donde se recogía el agua de los tejados. Espacios donde al parecer mediante una calera de calefacción por aire y un horno que calentaba el aire en los conductos se administraba el aire caliente para que los suelos no fueran fríos. Este sistema se usaba también para calentar el agua de los baños. Las ruinas datan al parecer, del siglo I de nuestra era. En lo alto queda los restos de lo que fuera un templo de culto imperial dedicado a Hércules, según nos explicó la arqueóloga y amiga  Concha San Martín quien actuó de guía. El grupo de amigos que disfrutamos de esta excursión fuimos, además de Concha: Antonio, Itziar, Javier, Angeles y el narrador de este relato viajero. Quedan vestigios de hornacinas dedicadas al dios Hércules, y a la diosa fortuna. Quedan también restos de un templo dedicado a Dispater, relacionado con Pluto y las divinidades subterráneas. Y queda un templo dedicado a Mercurio, con sus columnas dóricas, que es de lo mejor.Y quedan calles empedradas por donde imaginamos que los antiguos ciudadanos romanos, algunos a lomos de caballerías ascendían hasta lo alto, donde se halla el templo dedicado a Hércules y la fortificación que desde el exterior parece un castillo o fortaleza. Desde lo alto de la fortaleza se divisa un panorama extraordinario de la dehesa, con quercus, encinas y alcornoques rodeando Munigua, como si una vez cercada quisiera asaltarla. Y esto nos evoca un pasaje extraordinario en Macbeth:
Espia.- Señor, te diré lo que he visto, pero apenas me atrevo.
Macbeth.- Di sin temor
Espía.- Señor, juraría que el bosque de Birman se mueve hacia nosotros. Lo he visto dese lo alto del collado.
Macbeth.- ¡Mentira vil!
Espía.- Mátame, si no es cierto. El bosque viene andando, y está a tres millas de aquí.
Macbeth.- Si mientes, te colgaré del primer árbol que veamos, y allí morirás de hambre.Si dices verdad, ahórcame tú a  mí...
Así desde lo alto de Munigua se ve el bosque de la dehesa amenazar a la fortificación que, sin embargo ha aguantado el paso del tiempo con algunas reconstrucciones, pero ahí sigue en el interior del bosque de dehesa en las estribaciones de Sierra Morena. Visíten Munigua y quedarán sorprendidas y sorprendidos. Ezequiel Martínez












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