viernes, 26 de septiembre de 2014

S.O.S.: Cambio Climático
Las noticias que llegan desde Nueva York, en la Cumbre del Cambio Climático nos hablan de buenas intenciones, de buenas palabras, pero harían falta más serios compromisos. Felipe VI, señaló: Tenemos que acelerar el paso ante el reto del Cambio Climático", y está bien que el mandatario español se dejara oír, y pusiese el acento en la importancia del problema, en ese foro al que acuden representantes de más de 120 países, Los científicos no paran de alertarnos sobre las consecuencias dramáticas e irreversibles que sufrirá la vida en el Planeta Tierra, si no actuamos con celeridad y procedemos a cambiar los modelos energéticos que basados, hasta ahora, en los combustibles fósiles, tanto daño están originando en la atmósfera que es como nuestra reserva pulmonar, a escala planetaria. Hay que frenar las emisiones de GEI (Gases de efecto invernadero: CO2, NH2O, CH4, y otros gases) que están aumentando su incidencia en la atmósfera de forma alrm,ante desde la era industrial. El informe presentado por Iñigo Losada al Ministerio de Agricultura español: "Efectos del Cambio Climático sobre las costas españolas", no deja lugar a dudas. De aquí a final de siglo, en el mejor de los escenarios, el nivel del mar subirá casi medio metro, y en el peor escenario, 80 cms, de media. Eso supone que muchos de los chiringuitos, casas, urbanizaciones que están ahora cerca de las orillas mediterránea y atlántica estarán en peligro, los deltas del Ebro, del Guadalquivir y del Guadiana sufrirán con más gravedad esa inmersión del mar hacia el interior. Estos fenómenos que ahora nos ofrecen los espacios del tiempo como si fuera la narración de algo que pasa de forma natural, analizando el tamaño del granizo, las intensas riadas que se llevan a coches, contenedores y a personas en su devastador avance, las gotas frías, ahora más frecuentes que hace diez años, los pedriscos con hielo del tamaño de pelotas de golf, huracanes, tifones, tornados, que proliferan en muchos lugares del Planeta,  pero especialmente en el Pacífico y en el Atlántico. La subida de las aguas del mar hará que desaparecerán muchas pequeñas islas de los océanos y mares. Los fenómenos de sequía se agudizarán y las lluvias serán más intensas y destructivas, como estamos empezando a atisbar con ejemplos periódicos. Y bien ¿Qué hacer? Pues, podemos siendo conscientes del problema que se le presentará a nuestros nietos y bisnietos, empezar a cambiar el modelo energético. Menos gas y menos petróleo, y sustitución en unos diez años por energías renovables como la eólica, la eólica marina, la termosolar, la fotovoltaíca. En España y en el Sur de Europa disponemos de muchas y muy intensas horas de sol al año, y de mucho aire y molinos para transformarlo en energía limpia. Los actuales coches de motor por combustoión de gasóleo y gasolina hay que ir cambiándolos por modelos híbridos, ya los hay, gas-eléctrico. Ya hay coches eléctricos, cuyas baterias se pueden cargas en determinados lugares de suministro. Hay que avanzar. Y hay que utilizar más el transporte público. Y dejar la costumbre de utilizar un sólo indivisuo, un coche, etc, etc. Los glaciares de los polos, y de las montañas, van disminuyendo. La acidificación del mar fruto de esos deshielos, puede desencadenar tremendos fenómenos meteorológicos, además de ir destruyendo la  vida de muchas especies marinas y terrestres. Bien, no es que hoy me haya levantado pesimista y mi mente lo vea todo negativo, no, es que creo que es nuestro deber ético, y si se prefiere moral, informar de lo que puede ocurrir, (que a  muchos les parece hoy,  una historia de ciencia ficción, lanzada por algunos ignorantes,) en un futuro no lejano, en cuestión de dos generaciones, de aquí a 50 años, años 60 del siglo XXI, se verán cosas que hoy nos parecerían inauditas. y ocurrirán, y nuestros nietos dirán: Y lopeor está por venir, porque ya nos lo anunciaron algunas o muchas personas cuando este siglo XXI estaba empezando a echar a andar en medio de crisis económicas y políticas mundiales. Concluyo: Nunca es tarde, si la dicha es buena, pero el tiempo se acaba. Veremos si de Nueva York, los países y los dirigentes mundiales concluyen esta semana con propuestas que hagan creíble a la Humanidad que ésta les importa algo, hy promueven iniciativas tendentes a frenar el impacto anu nciado el Cambio Climático, y frenar la escalada de violencia y de conflictos de guerra que se están dando en la actualidad en varios lugares del Planeta donde antaño reinaba la paz, y las mujeres y hombres sólo estaban pendientes de trabajar, de crear, de hablar, de dialogar, de consensuar, de hacer felices a los demás, de reír y de vivir viendo crecer a su descendencia. He dicho

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