AGROSOSTENIBLE XXI.-                                                                                                                          En el periódico leo:”El consumo del vino crece en España por primera vez en décadas” (El País, Economía). Hemos subido en estos últimos años levemente pasando a consumir 9,8 millones de hectólitros, aunque producimos 42 millones de hectólitros y lideramos el mercado mundial exportador. El consumo de vino ha descendido en España, pasando de los 40 litros por bovino, porcino y caprinopersona y año de hace décadas tres décadas a los 21 litros por persona y año, actuales.                                                                                                                                                   Y siguiendo con temas agropecuarios, España quiere que se revise con el apoyo de Francia y Alemania, el Reglamento Europeo conocido como “Ómnibus”, previo a los acuerdos de la PAC post 2020. Se pretende que se incluya en ese reglamento una nueva definición de pastos permanentes que contemple la singularidad de la dehesa, y se mejore el CAP (Coeficiente de Admisibilidad de Pastos que determona el terreno considerado pastable a efecto de la percepción de ayudas. El asuto no es baladí, pues Andalucía dispone de 1.200.000 has de dehesas, el 14% del territorio andaluz. La aplicación que hasta ahora se ha hecho del CAP ha lesionado los intereses de los ganaderos y propietarios de dehesas, pues las fotorafías hechas vía satélite separan la superficie que ocupan las copas de las encinas y acornoques de la superficie productiva, imagínense si detraemos toda esa superficie de copas que pueden llegar a 20 y 30 metros de diámetro. El CAP, según Asaja-Sevilla ha podido reducir la superficie de pastos de las explotaciones ganaderas andaluzas en 782.000 has, con el consiguiente perjuicio para más de 12.000 ganaderosde ovino, bovino, porcino y caprino. En el reglamento “Omnibues, se pretende también redefinir el papel de agricultor activo, aquel que acredite para cobrar las ayudas europeas, que al menos, el 20% de sus ingresos agrarios totales son distintos de los pagos directos de la PAC.