martes, 25 de noviembre de 2014

¿Qué es poesía?... Y tú me lo preguntas? ¡Poesía eres tú!
"La poesía no es sinónimo  de lentitud, como muchos creen. Es el atajo lingüistico por excelencia. Por eso los poemas suelen ser breves, un acelerador de partículas que permite saltar sobre muchas cosas e ir directos al grano. El poeta es un velocista". (Fabio Morábito, poeta, nacido en Alejandría, Egipto, su familia marchó a Italia, y en su adolescencia, nueva emigración a México, donde vive y escribe).
La última frase de su acotado entrecomillado, "el poeta es un velocista", podríamos discutirla. Si puede ser verdad, que la poesía, es el atajo lingüistico por excelencia, pero el poeta puede desarrollar su labor, con velocidad, o con lentitud. El poeta puede ser un velocista o un fondista que va marcando su ritmo y lo acondiciona al flujo de su creatividad. Las palabras, los versos, los poemas, pueden fluir en cascada, con ímpetu creativo, con exaltación de los sentimientos, como el agua que brota de un manantial, y lava con fuerza las piedras que se interponen en su camino;  o puede manar lentamente, deslizándose, aflorando suavemente, discurriendo en acompasados chorritos cantarinos que invitan a la calma, a la armonía y al sosiego poético.

"O christalina fuente/ si en esos tus semblantes plateados/ formases de repente/ los ojos deseados/ que tengo en mis entrañas dibuxados!
"la noche sosegada/ en par de los levantes del aurora,/ la música callada, / la soledad sonora,/ la cena que recrea y enamora" (Juan de la Cruz, Canciones entre el alma y el esposo).

"la gota de rocío que en el cáliz/ duerme de la blanquísima azucena/ es el palaciod e cristal en donde/vive el genio feliz de la pureza..." (La gota de rocío, Gustavo Adolfo Bécquer)
"Para que los leas con tus ojos grises, /para que los cantes con tu clara voz,/para que llenen de emoción tu pecho,/ hice mis versos yo". (A Elisa, Gustavo Adolf Bécquer).
Oigo el "allegro non troppo", primer movimiento del Concierto para Violín y orquesta en ré major, opus 77 de Johannes Brahms interpretado por Anne-Sophie Mutter, al violín, con la Filarmónica de Nueva York, bajo la dirección de Kurt Masur





lunes, 17 de noviembre de 2014

Madroño y otoño
En otoño hay unos arbustos que ofrecen un fruto delicioso y atractivo, amarillento-rojizo, que es del gusto de los osos, y de los hombres. La mermelada de madroño es un poco más difícil de preprar. Yo utilicé azúcar moreno y me salió muy obscura. Una vez cocida la fruta, se le echa casi la mitad de azúcar. Medio kilo de madroños limpios, 225 gramos de azúcar. Ramita de canela, y un toquecito de PX o de vino de pasas de MálagaDespués e cocer, se pasa por un chino o con un colador se separan las pepitas diminutas y se escoge el puré de mermelada. y se vuelve a cocer un poco. Se deja enfríar, se ponen los tarros al baño maría y a esperar. La mermelada está deliciosa en los desaunos del fin de semana en familia.

Fotos:Madroño en el árbol, y proceso de elaboración y degustación. ¡Deliciosa!





domingo, 16 de noviembre de 2014

OTOÑO MARAVILLOSO
En la dehesa del sur de Extremadura, en Calera de León, a los pies del monasterio de Tentudia se respira en medio del silencio. Sólo se oyen al caer la tarde, algunas esquilas y el moverse de alguna piara de cerdos puros de ibérico de bellota, que anuncian la llegada de la noche y el tiempo para recogerse, leer novela o poesía, disfrutar con la conversación, y hablar de las maravillas que nos ha ofrecido la naturaleza con solo contemplarla y la vida con solo festejarla.
Fotos: 1/Guarros de ibérico puro entre encinas centenarias. 2/ Semillas de glicinia secándose al sol
3/ El suelo alfombrado con los colores dorados del otoño; 4/ Bienvenido Otoño




jueves, 6 de noviembre de 2014

OTOÑO
Esta estación que se ha demorado sobremanera en llegar es una de las más bellas del calendario anual. Tras la intensa calor de octubre que se resistía a irse, y con imágenes de mucha gente bañándose en el Levante Mediterráneo y en la Andalucía mediterránea y atlántica, por fin, las temperaturas han descendido y hemos podido sacar la ropa de otoño de los armarios, y las chaquetas, jerseis, rebecas y cazadoras se han acomodado de nuevo a nuestros cuerpos, que agradecen al caer la tarde esa sobre piel que nos calienta. Otoño es tiempo de castañas. El pasado fin de semana estuve recogiendo estos frutos cuidadosamente, desprendiéndolos de las cápsulas donde han crecido en las últimas semanas, y he comprobado que la cosecha es corta, porque e cada cápsula con previsión de tres o cuatro castañas, sólo salían una, o como mucho dos, muy brillantes, bellas y apetecibles. Los huertos y las riberas de los arroyos se han empezado a adornar de amarillos y ocres que anuncian el desprendimiento y por tanto, la muerte de las hojas, que nos evocan que lo natural tiene una duración, un tiempo de vida, que acabamos de visualizar con las pasadas festividades de los santos y los difuntos. El otoño es tiempo también de recolectar esos frutos exquisitos, como son los del madroño, y en el huerto de mis amigos Isabel y Eduardo, junto con mi esposa Angeles hemos recogido castañas, tomates (todavía), acelgas, calabazas, y coles o berzas como soles. Y para que veáis que lo que se dice tiene que ser verídico, porque la mentira se va adueñando poco a poco del ambiente político y social, en la próxima entrega (ahora no puedo, tengo otras prioridades), os mostraré las fotos de ese huerto amigo sito en un pequeño y bellísimo pueblo, Calera de León, al Sur de Badajoz, y muy cerca del monasterio santiaguense de Tentudía. Si lo tenéis a mano, disfrutad con la canción "Una balada en otoño" de Joan Manuel Serrat, una maravilla musical para este tiempo de gozo, ya por fin, otoñal.
Ezequiel Martínez Jiménez