domingo, 7 de septiembre de 2014
Esperemos que ésta vez sea verdad, y los pescadores andaluces puedan volver a faenar al caladero de Marruecos, tras el parón biológico político de más de tres años. De momento sólo acudirán dos barcos de cerco y 27 de palangre (Algeciras, Barbate, Conil, Tarifa). Los 42 de cerco restantes, fundamentalmente de Barbate, tendrán que hacer efectivo el pago de las licencias a Marruecos, retrasado porque los armadores no veían la luz al fondo del túnel de las negociaciones, siempre pendientes del trueque de los acuerdos agrícolas entre la UE y Marruecos. Estos barcos tendrán que esperar de nuevo, y veremos cuando podrán salir con las redes hacia el caladero marroquí.Los pescadores andaluces y el cupo de tripulación marroquí que exige Marruecos en cada barco podrán faenarán esta vez, al sur de Kenitra, Se autoriza a usar las luces nocturnas en las barcas de apoyo para poder atraer a los bancos de sardinas y boquerón, pesca esencial para el cerco. Pecadores, armadores y la Consejería de Agricultura y Pesca se han felicitado por el resultado de las reuniones de la comisión Mixta UE-Marruecos para desbloquear la situación. En el sector hay quien señala que hasta que no me vea en Larache o en Kenitra calando las redes y regresando a puerto con las capturas, no me lo creeré, porque son muchas las ocasiones en que se ha anunciado la buena nueva, a la que seguía otro período de decepción. Más formalidad señores de Bruselas y de Marruecos, más compromiso y más cumplir con la palabra dada, porque el hambre y la falta de futuro ahoga a los trabajadores del mar, que no se sienten considerados por los burócratas que negocian sobre números y montantes de euros (Bruselas abonará a Marruecos 30 millones de euros al año), sin pensar en los rostros de las familias que hay detrás de sus decisiones. Esperemos que este Convenio de Pesca 2014-2020, tenga unos fructíferos 6 años de duración, porque de él se benefician no sólo los pescadores andaluces, españoles y algunos europeos, sino una buena parte de pescadores y armadores marroquíes, y las lonjas de Marruecos. Para el país vecino este convenio supone sustanciosas ventajas para los trabajadores del mar del otro lado del estrecho, que también sufren las consecuencias de estos retrasos dilatorios que son inadmisibles, por el perjuicio que tienen para ambas partes.
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