domingo, 24 de julio de 2016

 Otro mundo es posible 
Nuestra contribución al progreso del mundo, debe consistir en poner orden en nuestra propia casa
(Mahatma Gandhi) 

                                                                                                                                                                Lo peor del problema de los atentados terroristas islamistas y de otra índole, incluidos los locos o los desequilibrados mentales que armados de un fusil, una pistola, o enfundados en una carga de explosivos destrozan su desgraciada existencia, lo peor, no es que acaben con sus vidas, es que los asesinos son conscientes de que su intención es llevarse por delante a unos cuantos o a unas decenas de inocentes que sin comerlo, ni beberlo, siendo cristianos, islámicos, de cualquiera de sus ramas, tibetanos, judíos, protestantes o hindúes, se ven morir a manos de uno de estos psicópatas o de un fanático descerebrado, que viene a ser lo mismo.  Días atrás, el Roto, en El País, lo simplificaba muy bien: ¡Se nos da mejor conmorir que convivir! La Humanidad, o mejor una ínfima parte de la misma, ha nacido para morir pronto, y para tratar de conmorir llevándose por delante consigo, en esa automuerte estúpida, inútil, en ese quitarse de enmedio siendo todavía joven, sin apenas haber disfrutado de los placeres que nos otorga la maravilla de la vida, disfrutándolos con nuestros familiares, con nuestros padres, y hermanos, con nuestros tíos, sobrinos y abuelos, y con nuestros hijos, además de con los amigas y amigas que en la Vida encontramos en nuestro transitar por ella. Una de las maravillas de la vida es morirte de forma natural, de viejo, de vieja, después de haber desarrollado tu vida y tu trabajo y de haber tenido la dicha de conocer a muchas personas con las que compartir saludos, sonrisas, conversaciones, (filosofar y discutir sobre las diferentes formas de interpretar la religión, las religiones, porque hay muchas y muy variadas), compartir inquietudes, sentimientos y emociones. Todo esto se lo pierden esos desgraciados jóvenes, que, unos con la cabeza enloquecida por sueños y quimeras, que otros les inculcan desde una situación de privilegio económico, social y religioso y les meten en la cabeza toda esa mierda destructiva, y otros violentos y/o trastornados mentales que van anidando en su cabecita formas de asesinar y matar a sus congéneres, por que sí, porque estoy harto de la vida, porque no lo soporto, porque no me entienden, o por que no sé adaptarme a las reglas y a los deberes sociales que impone vivir en sociedad, y que unos y otras debemos aceptar para crear las condiciones de una convivencia pacífica, en la que cada individuo sea respetado y respete a su vez a los demás. En el caso de los atentados teledirigidos por determinados santones religiosos, o sectas religiosas, la inmensa mayoría de la Humanidad se hace la misma pregunta: ¿Qué doctrina religiosa fomenta la violencia? ¿En que libro sagrado de las diferentes religiones se incita a matar al otro, a desposeerlo de la vida? ¿En que sano juicio, un exégeta, o un intérprete de las lecturas de la Biblia, de la Tora, del budismo, o del Corán, extrae la conclusión de que sus profetas y los dioses a los que adoran les incitan a matar al otro, a eliminar la vida? Los países árabes en primera instancia, todos aquellos que mayoritariamente se declaran seguidores del Islam, y toda la ONU y los demás países que no forman parte e Naciones Unidas, debería de tomarse muy en serio este asunto, y poner orden en sus patios interiores, respecto a estas formas de violencia extrema con la que algunos indeseables, los autores intelectuales, y los grupos de desgraciados que les siguen,  llegan al borde del precipicio y se arrojan al vacío para ir de cabeza al infierno. La organización de Estados Árabes y la Organización de Estados africanos deberían convocar una Asamblea sobre la situación del terrorismo y como pararlo. Mientras los países del Golfo , los Emiratos, y todos los países con conflictos de poder religiosos, no se pongan manos a la obra, conjuntamente con los países occidentales, la lacra del terrorismo seguirá cobrándose víctimas de inocentes, en cualquier país, en cualquier lugar, porque es casi imposible detectar lo que una cabeza asesina o un pequeño grupo que pretende asesinar, es capaz de maquinar.  Otro mundo es posible, si en los países occidentales donde se ha alcanzado un mayor nivel de bienestar de vida, se trata de poner oren en el patio interior y considerar a todos los ciudadan@s, iguales, dotándoles de los mismos derechos, no rechazando a la hora de una contratación a un hombre de color, o a una mujer por ser de origen árabe o asiático. En Francia, en Alemania, en Holanda, en Italia, en los países nórdicos, en España y en los demás países de la Unión  Europea se han dado pasos de gigante a la hora de crear una sociedad más justa e igualitaria, en las que los ciudadanos y ciudadanas independientemente de su origen, cultura, raza o creencia tengan acceso a los mismos derechos que los dem´s ciudadanos. Los inmigrantes deben adaptarse a las condiciones de vida, a los derechos, pero también a los deberes que marcan la legislación y la justicia acordadas por los Parlamentos y por los políticos respectivos que los componen, como máxima representación de la soberanía de los ciudadanos. Hay un refrán español que dice: Donde vayas haz lo que vieres, y yo añadiría y cumple con las leyes, pues estas garantizan el orden y la convivencia entre los hombres y mujeres de buena voluntad. Otro mundo es posible, si ponemos orden en nuestra propia casa y dejamos que los demás hagan lo mismo en la suya, pero claro si poner orden en mi casa, es quitarle derechos a algunos miembr@s de mi familia, condenar a la esclavitud o a la servidumbre a las mujeres, por el hecho de serlo, no respetar al vecino, no respetar su cultura, anteponer lo que yo creo que son verdades irrefutables, aunque sean mentiras, negar la otredad, lo diferente, tratar de destruir violentamente, al otro, a la otra,  por ser distinto a  mi, a lo que yo siento o profeso, pues claro eso se llama de otra manera. Pónganle nombre: Dictadura, Fascismo, Tiranicidio, Esclavismo, Medievalismo, Autoritarismo. Los ismos conducen a la esclavitud.  Como dijo y aplicó con su ejemplo Gandhi: La no violencia es la expresión suprema del coraje



 

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