sábado, 28 de mayo de 2016



TARDE SABATINA DE MAYO

"El camarero le sirve un vaso de agua. Se lo bebe de un tirón. El camarero lo mira preocupado y me dice: Hoy está demasiado nervioso. Su locura se agrava cada año más. sería mejor que se quedara en su país, cerca de su familia". (Mohamed Chukri, Zoco Chico).
"El Guadalquivir forma, junto con el Rhin y con el Danubio, el trío de ríos culturales que configuran el devenir de Europa. En sus riberas florecieron el histórico Tarteso, quizá trasunto de la mítica Atlántida, la provincia romana de la Bética que daba emperadores a Roma, la Córdoba califal, que un día deslumbró a Occidente, y la Sevilla que fue sucesivamente capital de los imperios bereberes (bueno antes, maestro, fue Hispalis, capital romana de la Bética, y antes otras civilizaciones dejaron su huella por ejemplo Tarteso), emporio comercial en el prerrenacimiento europeo y puerto exclusivo del comercio americano". (Juan Eslava Galán, "Prólogo, Viaje por el Guadalquivir y su historia").
 Mientras una parte de la población española dedica esta tarde del sábado 28 de mayo a ver como han quedado los campos, las calles, las plazas, los jardines, tras las lluvias matinales que nos trajo las borrasca anunciada desde hace días por los meteorólogos y periodistas adscritos a las secciones del Tiempo en las televisiones, que a veces, más que adelantarnos la previsión del tiempo, en base a los mapas y a la información satelizada que recoge el Instituto Nacional de Meteorología, a veces, digo, algunos, nos ofrecen esa información saltando, correteando, o agachándose o elevándose con gestos de brazos y piernas en el plató, delante del croma, o de las pantallas, haciendo malabares ante las borrascas, los anticiclones, o los mapas de las regiones o comunidades autonómicas, hasta el punto que no se sabe si nos avanzan la previsión con exactitud informativa o nos venden el tiempo, como hacen luego en los spots publicitarios que meten como cuñas, para sacar pasta y despistar al espectador que no sabe si le informan, o le están contando un cuento medio informativo o medio publicitario, esto es lo que trae hacer de lo uno y de lo otro, que la gente más preparada empieza a desconfiar de si el informante es periodista, meteorólogo, o publicista de la cadena. ¿Me estoy desviando?
Mientras muchos españoles estamos dedicando esta tarde a leer la prensa, leer el último libro adquirido esta mañana en una librería de Sevilla, o en la Feria del libro de Madrid, o bien escuchamos música, o repasamos los whatsapps, los twiter, o las publicaciones facbook, mientras esto ocurre en la placidez de una tarde sabatina en las que las personas descansan y se dedican al cultivo del espíritu tras una semana de trabajo agotadora, como ocurre con los médicos de familia, sobrecargados en exceso de cartillas de pacientes y con cinco minutos exigidos por la Administración sanitaria para que desarrollen su labor, cuando necesitan diez minutos de media, yo corto para poder prestar un buen servicio al paciente (Imaginen a una persona mayor que desde que se le llama tarda en levantarse de la silla de plástico, y acude lentamente hasta la puerta de entrada a la consulta y tras saludar en el umbral y recibir el saludo de la médica o médico, sigue avanzando hacia esa silla enfrentada a la, o al, facultativo. Y consigue por fin, llegar a la silla, y acomodarse antes de empezar su relato pormenorizado de porqué está allí, y que dolencias, molestias, o enfermedad grave le llevan a estar ante el médico o la médica, ¿cuántos minutos han pasado? Los inspectores y los directores de área que exigen a los facultativos 5 miserables minutos para detectar que le pasa al enfermo, quítese la camisa que le vea esa lesión, remánguese que le tome la tensión, etc, deberían frecuentar las consultas para ver la realidad de la atención sanitaria, o sufrir ellos mismos, la falta de tiempo cuando acuden con una enfermedad que requiere su debida atención y ver que les despacha al poco, por las reglas que ellos, ellas mismos imponen, mientras estas cosas pasan, decenas de miles de españoles están a
otra cosa, se hallan ensimismados, alborozados, exultantes, vociferantes, roncos de tanto gritar animando a sus respectivos equipo de fútbol, que como las nuevas religiones les convocan a un santuario italiano, en "San Siro", el superestadio de Milán, donde dentro de unas horas los gladiadores del Madrid se enfrentarán a los del Atlético de Madrid, tras haber ido eliminando a unos y otros competidores de las ligas europeas. Los informativos de medio día en las televisiones españolas han dedicado entre 20 y 30' a informar del evento deportivo, del enfrentamiento futbolero, la mitad del noticiero dedicada a sacar declaraciones de gritos, frases altisonantes, sin chicha ni limoná, sobre el acontecimiento deportivo.
Pues en esas estamos, en una exaltación del fútbol, que relega a cosas mucho más importantes, necesarias e imprescindibles para el desarrollo armónico del individuo para su desarrollo educativo, cultural y social, a un segundo plano.  En el imperio Romano, era el "Pan y circo". En el siglo XXI, y esta tarde en Milán, es: ¡Gol! y ¡Vivan las caenas!



Real Madrid vs Atlético de Madrid EN VIVO EN DIRECTO: ver ONLINE final de la Champions League. (Getty)

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