jueves, 2 de marzo de 2017

¡Oh, Lisboa, hogar mío! (Fernando Pessoa)

"Tenho em mi todos os sonhos do mundo". También firmado por Fernando Pessoa, esta frase la vi escrita en una hoja actistalada de una janela colocada a modo de un cuadro en la pared de un restaurancito del Barrio Alto en la calle Diario de Noticias, creo. Digo restaurancito porque suelen se locales de restauración pequeños en los que se agrupan cinco o seis mesas con sus sillas, pero en los que te atienden muy bien con esa amabilidad característica de los lisboetas y portugueses en general, como Patricia, la mujer que nos recibió con una hospitalidad propia de los lisboetas.
El puente del Día de Andalucía, del 24 al 28, mi esposa y yo, otras dos parejas y una amiga que vive sola, nos reunimos en Lisboa para pasar esos días, que resultaron la mar de agradables, grises, con poco sol, con algo de lluvia, pero hermosos y afectivos.
La gente bullía por el Barrio Alto en busca de sensaciones. La acuidad (agudeza o rapidez del sentido de la vista, del oído, o del olfato) de cada ser busca entre la gente, la sonrisa amable, el gesto extraviado, el sonido del motor del coche que se te viene encima, o el roce de un brazo que por un instante contacta con el tuyo al pasar. Los zapatos o zapatillas reconocen ese suelo de piedras cuadraditas y blancas de las aceras, o esas otras un poco más grandes ynegras que forman la calzada de ls calles y plazas de Lisboa. Nuestra acuidad alegre o triste reconoce unas calles, unas casas de fachadas multicolores, unos tejados rojos, una arquitectura con la que comenzamos a familiarizanos, y un paisaje humano personal, e irrepetible que llama nuestra atención, pues es en ese instante vivencial y no en otro, cuando coinciden indefectiblemente nuestro paso y nuestra acuidad. Los camareros de A Brasileira no paran. Atienden las mesas llenas de la terraza y las del interior del famoso café, que también estas llenas de personas que ansían sentarse un rato y solazarse y recrearse con ese lugar al que acudía el poeta Fernando Pessoa, como también lo hacía en ese otro establecimiento hoy, de puertas verdes el café Martinho da Arcada que se halla en una bocacalle que da a la plaza porticada ddel Comercio que se abre de par en par al gran estguario del Tajo, enorme, ensanchando la corriente fluvial que separa a la ciudad blanca de la península y la ciudad de Setúbal. Al lado de A Brasileira, un grupo de músicos y una pareja de bailarines de Cabo Verde hacen las delicias del público con sus melodías rítmicas africanas, que nos evocan a la gran dama y cantante ya desaparecida, Cesárea Évora, que nos deleitó con sus canciones melosas y soñadoras. Desde la terraza de A Brasileira se ve al tranvía 28 lleno de gente (es uno de los atractivos de la ciudad) subir hacia la plaza Luis de Camoens, con la estatua del gran poeta portugués, autor de "Os Lusiadas". Por una callecita subimos y nos damos con la iglesia del Carmo, que data de 1389, y que perdio el techo y medio destruida queda como vestigio de resistencia ante la furia de la tierra en el terremoto de 1755 . Hoy alberga el museo arqueológico do Carmo. Bajando desde el barrio alto hacia el Chiado, y la Baixa nos topamos con el elevador de Santa Justa que con su estilo eiffeliano sube y baja a la gente del barrio Alto, del Chiado y de la Baixa. En la plaza del Rossio, un hombre porta su caja de limpiazapatos, imagen que seguimos viendo en Sevilla, en Málaga, en Córdoba o en Granada. Este oficio debería reciclarse en otro, pero en cual. Hoy las zapatillas han sustituido a los zapatos de piel que pedían a gritos ser embetunados por manos gitanas y payas que siguen buscando con acuidad los zapatos y el porte del dueño que aparentemente pueda ser receptorde ese servicio.  Al oeste de la ciudad, ante la grande plaza del imperio, se halla el Monasterio de los Jerónimos, joya del estilo manuelino contruido a partir de 1501. Ante el monumento y en los jardínes de alrededores buye la gente y unas mujeres te ofrecen mantos, mantillas, pañuelos, y otros objetos atractivos para el turismo. De la época del Rey Manuel I, el Monasterio fue erigido para resaltar la expansión del poder portugués tras el regreso del navegante Vasco de Gama de las Indias. El pórtico sur, el más llamativo, tiene esculturas del español Juan de Castilla, que sucedió al arquitecto francés Diogo de Boitaca, al morir éste en 1517. El pórtico está rematado por una cruz de os caballeros e Cristo y una efigie en piedra de Enrique el Navegante. El monumento aguantó el terremoto de 1755 fue declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco. n su interior se hallan enterrados bajo el coro el navegante Vasco de Gama y elpoeta Luis de Camoens (1524-158). En el espacio del claustro está enterrado el poeta Fernando Pessoa (1888-1935), que no vio como sus restos fueron trasladados en 1985, o ese dicen los guias, al claustro del monasterio de los Jerónimos, tan unido a la historia de Portugal e imprescindible de visitar, comofortaleza defen tambien hay que hacerlo con la Torre de Belem, fortaleza defensiva situada al borde del estaurio del gran río Tajo antes de que sus aguas se mezclen con las saladas del océano atlánticoque llegan a oleadas desde el anchuroso mar trayéndonos sus mensajes de paz y entendimiento desde la otra orilla americana.
En el autobús turístico recorrimos la ciudad para tener una vista panorámica desde Belem hasta el Oceanario y la modernista techumbre de cristal del intercambiador de la Expo, construida por el arquitecto español Santiago Calatrava. Evocaciones de nuestra visita a la expo universal de 1998. Y tras ver los edificios altos y modernos de la Expo, recalamos en la plaza de España y luego en el Parque de Palhava  y en la zona donde se haya el edificio del Corte Inglés, que domina la barriada señotial donde está también la Fundación y el museo de Calouste Gulbemkian (Uskudr-Estambul, 1869-Lisboa 1955) un multimillonario armenio que mos ha dejado un precioso legado artístico con su colección de arte desde la época egipcia con  estelas y figuras de varias dinastías que se remontan a 3.500 y 2.500 años a.C. Anforas y objetos de cerámica grecorromana, monedas, efigies, estatuas, romanas; Jarrones y figuras y onjetos chinos y japoneses de los siglos XVII y XVIII; colecciones de pontura francesa, inglesa, holandesa e italiana de los siglos  Azulejos, vasos y cerámica XVI, XVII y XVIII. Azulejos, vasos y cerámicas del siglo XII de la etapa otomana y del impoerio persa y tapices de Persia y Siria. Bellísimo el retrato de una joven de Domenico Ghirlandaio (Florencia, 1449.1494) o retrato de Elena Fourment hija de un rico mercader de sedas de Amberes, quien se casaría con 17 años con Rubens que tenía entonces 53 años. La segunda y joven mujer de Rubens se convirtió en musa y modelo del artista a partirde 1630. Las obrasdel Museo no tienen desperdicio y así el paseante se queda ensimismado ante una figura de Diana del rancés Jean Antoine Houdon (1741-1818), o varias esculturas de Rodin, como el beso; El cuadro"pompas de jabón", 1867, de Edouard Manet (1832-1883), o el Retrato de Madame Claude Monet de Renoir(1841-1919).

Lisboa, mon amour
¡Oh, Lisboa me cautivas, me enamoras!
Tus calles empinadas, ascendentes
y bares en el barrio alto con sones de fados
lugares de recogimiento y de bulla
de beber para recordar y para olvidar
sueños, besos, nostalgias y saudade
Bellas muchachas negras, blancas, mestizas
vendedores de castañas y humo blanquecino
músicos que animan las calles y plazas
mendigos que piden monedas en portugués
sonrisas en la terraza de A Brasileira
con Pessoa observando melancólico
fados melodiosos que se escapan
por las janelas verdes y azuladas
hacia las calles empedradas
blancas, brillantes, de tanto pasear
fados de amores tristes recordados
fados tristes,de sueños y deseos.
Nao e desgraça ser pobre
El tranvía veintiocho se desliza
con zapatos circulares de metal
y arrastra las almas que transporta
con penas y alegrías hacia el mar.
Va la gente a su quehacer diario
mujeres que embellecen las aceras
hombres caminando por doquier
mendigos orillados con su pena
parejas sentadas tomándose un café
algunos leyendo un libro de poemas
con el móvil atrapados y atrapadas
pendientes del sonido del whatsapp
los taxistas buscando a los clientes
las putas esperándolos en el portal
dos hombres se besan en la calle
una vieja que los ve les recrimina
su desahogado y público proceder
Una chica a la vieja: Es amor, abuela
El cielo gris oscuro: comienza a lloviznar
Tengo en mi todos los sueños del mundo
tararea el músico bajo la fina lluvia
antes de que empieze a diluviar
De una ventana salen unos jadeos
reconocibles para cualquier mortal
ayes y chillidos gozosos y amorosos
llueve, dos amantes se entregan a follar.


"¿Porqué escribo entonces? Porque, predicador que soy de la renuncia, no he aprendido todavía a practicarla plenamente.No he aprendido a abdicar de la tendencia al verso y a la prosa. Tengo que escribir como cumpliendo un castigo. Y el mayor castigo es el de saber que lo que escribo resulta enteramente fútil, fracasado e inseguro" (Fernando Pessoa, Libro del desasosiego).


































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