Acabamos de iniciar un nuevo año los mortales que hemos tenido la oportunidad de hacerlo. Otros se han quedado en el camino. El centro de Sevilla lucía así (foto) en las últimas horas de 2015, sin apenas gente, con modernos establecimientos ocupando el espacio de señeros comercios de antaño. La lluvia ha sido el mejor regalo de despedida de 2015, y de bienvenida de 2016. Lluvia que ha caído mansamente, a golpes a arreones, inundando, encharcando el campo que tanta sed tenía después de casi tres meses sin llover. El campo de girasol nasciente de mis vecinos agricultores esta reverdeciendo con estas lluvia. Con mi hermano y mi cuñada hemos cocinado unas piernas de cordero al horno, con la que los 7 de la familia nos hemos chupado los dedos. Así hemos recibido al año, también con una buena ensalada y algunos entrantes, y unos gambones para que que la comida fuera un clásico "Tierra y Mar". Y por supuesto un buen vino blaco de la variedad verdejo de Rueda, y un tinto ecológico de las bodegas "Barranco oscuro", en la Alpujarra oriental, un 1368,, de mi amigo Manuel Valenzuela, que ha salido sensacional. Bienvenida la lluvia, que no ha llegado a toda Andalucía, y bienvenido 2016. Salud y sed felices o tratar de serlo en este nuevo
"El camino hacia la luz, a veces parece oscuro" (Lao-Tsé).
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