lunes, 2 de noviembre de 2015

OTOÑO DORADO

Llegando el otoño los membrillos se doran en el árbol y los frutos maduros, secos y pesados son recolectados para su ulterior elaboración en carne de membrillo, dulce de membrillo o compota. Nosotros hemos optado por la carne o dulce de membrillo. De los frutos que me dieron mis amigos Plácido Osuna cogidos en su finca "La Alegría" en Sevilla y los que me dio Antonio Adame en su finca de Fuente Palmera, Córdoba, hice una una selección "gourmet". Escogí unas diez o doce piezas que pesaban unos 3 kgs. Los limpie con servilletas de papel de la pelusilla hasta que salió el color amarillo oro. En una olla grande puse agua a hervir y deposité las piezas dentro. Dejé hervir, bajé el fuego y lo mantuve algo más de una hora hasta que  con el mango de una cuchara de madera comprobé que la madera penetraba fácilmente en la piel de los membrillos. Apagué el fuego y dejé reposar y que se enfriarán. Más tarde, los saqué, sequé y les pelé la piel. Corte por la mitad y saqué el corazón y las pepitas del membrillo. Corté la carne de cada membrillo en trocitos y lo deposité en una bandeja. Pesé el total y obtuve dos kilos de carne de membrillo. En la misma olla sin agua eché los trozos y los batí con la minipimer hasta desmenuzarlos en puré o casi. Calenté al fuego y eché en la olla, la misma cantidad de azúcar, unos dos kilos. Añadí una rama de canela y  unas semillas de cardamomo, y un toquecito personal de vino de Málaga, medio vasito pequeño. Con una cuchara de madera removí la mezcla hasta que el azúcar blanco se fue difuminando con el color amarillo del membrillo. Dejé que cociera sin dejar de remover para que la mezcla no se pegará en el fondo de la olla. Y al cabo de unos 45' la mezcla cogió consistencia y pude colocar la cuchara de pie y casi se aguantaba en vertical. Retiré la olla del fuego. Dejé que se enfriará. Con los envases pequeños de plástico previamente lavados, comencé a llenarlos del sabroso membrillo que ya habñiamos probado mi esposa y yo. Y a la mañana siguiente ya fríos los envases los metí en la nevera. ¡Qué satisfacción haber elaborado un otoño más, el dulce de membrillo, ayudándome de la receta que en Internet tiene colgada "Javi", gracias. Ahora enviaré a mis amigos y familiares las tarrinas que pueda, pues son pocas y a disfrutar del dulce de membrillo en este otoño espectacular regado con abundantes lluvias, que en algunos lugares de la península ibérica están ocasionando daños importantes, que le vamos a hacer: ¡Nunca llueve a gusto de todos!



 

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